miércoles

Toluca, México

Siempre he estado interesada en el clima. En mi juventud, cada mañana revisaba el termómetro que mis padres tenían afuera de la ventana de su recámara y, aunque no proveía un pronóstico del clima para todo el día, me ayudaba a decidir si usar una blusa de manga corta o un suéter con mi falda a cuadros del uniforme de la escuela católica.

En nuestra boda, alguien nos regaló una «vara de clima»: una ramita cuyo ángulo se elevaba al cielo cuando estaba despejado y se inclinaba hacia la tierra si iba a llover. La pusimos en un árbol en el patio trasero de la casa y terminó siendo más útil que un termómetro, debido a que no hay un rango amplio de temperatura a 19 grados al norte del Ecuador y a 2680 metros sobre el nivel del mar; casi siempre está fresco, excepto cuando llueve; entonces hace frío.

Otro dispositivo meteorológico simple es la veleta, que ayuda a la gente a predecir el tiempo por los cambios en la dirección del viento. Aunque no tengo ninguna experiencia personal en el uso de una veleta como herramienta de predicción, se convirtió en una importante metáfora en mis ideas acerca de la iglesia, debido a la forma en que difiere de un monumento.



En vez de apuntar constantemente hacia el pasado, una veleta presta atención hacia el presente inmediato, con un ojo hacia el futuro cercano. En contraste con las congregaciones enfocadas en su herencia y su historia, existen las que están interesadas principalmente en el hoy y en el mañana; no piensan en términos de categorías históricas de teología o denominaciones. Los estantes de libros de sus congregantes están llenos de obras de autores contemporáneos, y su alabanza colectiva se centra en canciones escritas no muchos años atrás, tal vez hasta de los últimos cinco años. Por ejemplo, un líder de alabanza que conozco, elige sus canciones exclusivamente en los frecuentes estrenos en CDs y libros de cantos que la Compañía Musical Vineyard saca al mercado.

Los cambios frecuentes son característicos en las veletas y constituyen otra diferencia con los monumentos que no cambian, excepto cuando se desintegran. La congregación de Quintana Roo, conocida así por el nombre de la calle en donde se localiza el edificio, provee un ejemplo de cómo una iglesia puede cambiar debido a los vientos que prevalecen a su alrededor.


Cuando nos mudamos a Toluca, esta congregación era la única que contaba con un pastor de jóvenes a tiempo completo y tenía uno de los grupos de jóvenes más grandes en el área. A través de los años, el pastor de jóvenes, JC, se hizo amigo nuestro y se ganó nuestro respeto como colega en el ministerio. Le invitamos a nuestras conferencias para que enseñara a los líderes de jóvenes a cómo usar las artes tanto en el ministerio juvenil como en el evangelismo, y él nos invitaba a enseñar a los líderes de las iglesias de su red. Estando inmerso en la coordinación de un ministerio juvenil grande así como en varios proyectos con niños marginados patrocinaos por Compasión Internacional, JC se tomó el tiempo de escribir una columna para nuestro sitio web para líderes de jóvenes, y hasta viaja por todo el continente enseñando a los líderes con quienes entró en contacto a través del sitio web.

Debido a que siempre tenemos mucho de qué hablar y muy poco tiempo para reunirnos, no escuchamos con frecuencia cómo van las cosas con el programa juvenil de esta congregación. Pero, en una cena pocos meses antes de que dejáramos México, JC nos dio una sinopsis de su ministerio a través de los diez años que teníamos de conocerlo:

Nuestro grupo regular contaba con 75 jóvenes y era uno de los más grandes de la ciudad. Me sentía muy complacido con esa situación hasta que quise saber cuántos adolescentes y jóvenes adultos venían a nuestros cultos de adoración los domingos. Hice un censo y encontré que eran más de 400. Nuestro «gran» grupo de jóvenes estaba ministrado a menos del 20% de la población de jóvenes que asistían al culto.

En un esfuerzo por cambiar esto, implementamos una estrategia que complementaba nuestras reuniones de grupo grande, con grupos hogareños. Esto fue un éxito tal que el liderazgo de la iglesia decidió aplicar una estrategia de grupo pequeño para la iglesia entera.

Mientras JC hablaba, recordé una conversación que tuvimos cuando él se hallaba animado con el éxito de los grupos pequeños para jóvenes, y con mucha razón, ya que se sentía honrado de que la iglesia viera el ministerio juvenil como un modelo a imitar; en ese tiempo, Tim intentó explicarle que los grupos pequeños multi-generacionales que la iglesia pensaba formar tendrían de hecho una dinámica muy diferente de la de los grupos pequeños que tenían con los jóvenes. Tim también compartió su opinión, basada en muchos años de observación y de experiencia personal, de que el plan de formación espiritual de una congregación debe incluir un ambiente en que los jóvenes puedan ser discipulados de acuerdo a las necesidades propias de la etapa que están viviendo. En ese entonces JC hizo caso omiso de esa preocupación, respondiendo que el nuevo pastor de su iglesia había estudiado en Corea el modelo que ahora estaba implementando, y que había visto un crecimiento dramático en su iglesia local en Centroamérica.

Regresando a nuestra cena de despedida, JC nos explico lo que había pasado como resultado de la nueva estrategia:


Cuando el pastor centroamericano empezó a implementar su modelo, desmanteló los grupos pequeños de nuestro ministerio juvenil e incorporó a los adolescentes y jóvenes de veintitantos años en grupos celulares heterogéneos y multi-generacionales. Los líderes del ministerio juvenil enfocamos todas nuestras energías en la nueva visión de la iglesia. Lamentablemente, el cambio fue desastroso para nuestro programa juvenil porque las nuevas células eran dirigidas por adultos y perdimos el ambiente en el que habíamos estado mentoreando a los líderes de jóvenes. A causa de que nuestro tiempo y energía, y el de nuestros voluntarios anteriormente comprometidos con el ministerio juvenil, estaban enfocados hacia los miembros de nuestros grupos celulares, que incluía todas las edades, tuvimos mucho menos contacto con los jóvenes. La mayoría de los adolescentes y jóvenes adultos no se sentían a gusto en las células heterogéneas y, al poco tiempo, dejaron de ir.

Nos tomó más de un año darnos cuenta de todo esto, y nos tomó muchos años más volver al punto donde estábamos antes de que importáramos el nuevo modelo.

Cuando la conversación llegaba a su fin, JC nos dijo que el liderazgo de su congregación había decidido recientemente implementar un nuevo modelo llamado «G-12». Esta estrategia de crecimiento de la iglesia se ha desarrollado en Colombia, así que iban a enviar a JC para que aprendiera cómo encabezar el proyecto. Mi intención no es enfocarme en los méritos de los grupos pequeños homogéneos sobre los heterogéneos, ni comentar acerca del movimiento G-12; simplemente quiero ilustrar cómo una iglesia se puede ver como una veleta, cambiando su dirección con los vientos de cada nuevo modelo.

1 comentario:

annette gulick dijo...

“Mas que vencedores…” mandó un comentario muy largo, de lo cual a continuacion proveo una recorte y una respuesta.

Comentario: "…el artículo es de gran impacto para la congregación ya que se refirió al ex pastor de jóvenes JC que ahora es anciano de la iglesia, de una manera poco clara para el lector dejando en algunas dudas, específicamente refiriéndose a los comentarios de los modelos y su forma de implementarlos. La sugerencia es la siguiente redactar algo congruente y claro sin desmeritar personas o al menos explicar detalladamente porqué están equivocadas para no dejar dudas al lector, explicando también al lector los modelos referidos en el articulo, ya que el ultimo implementado … aún se mantiene vigente hasta este año 2009."

Respuesta: Amamos y valoramos a JC y su ministerio, y antes de publicar la Iglesia Portátil, se lo mandé a JC, quien me respondió, “…te felicito. También quiero decirte que no hay problema de que uses mi nombre y el de Q Roo para lo que ya has escrito.”

Tal y como explico en el capitulo, no quiero opinar acerca del modelo G12, sino de dar un ejemplo de una congregación que cambie de rumbo de forma drástica. Si alguien necesita información acerca de las iglesias G12, hay muchas fuentes de ella. Se puede empezar en “Visión G12” en Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Visi%C3%B3n_G12

 
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