jueves

Parque Güell, Barcelona, España

En el conjunto habitacional diseñado por Antoni Gaudí me puse a analizar una banca sinuosa decorada con pedazos de azulejo. Tim se puso a mi lado, vio lo que yo estaba admirando y dijo: «Para que algo tan rígido cambie de forma, primero se tiene que romper».

La semana previa, habíamos estado en el Monasterio Monserrat en unas reuniones dirigidas por Alan Hirsh, donde considerábamos asuntos acerca de la iglesia relacionados con su libro The Forgotten Ways [Los caminos olvidados] así que mi mente fue directamente a las implicaciones para la iglesia por lo que Tim acababa de decir.

«Oooh, eso está muy bien» —le dije con admiración.

No pude averiguar si él sólo estaba haciendo una observación acerca de esos azulejos en específico o estaba estableciendo una verdad filosófica, pero, de cualquier manera, pienso que él es brillante. Una estructura eclesiástica rígida tendrá que romperse para cambiar.

Debido a que los monumentos se diseñan para durar, se construyen de materiales durables como piedra o metal, sustancias que tienen que ser sometidas a presión, quebradas o derretidas en un crisol, para poder alterarlas. Y entre más durable sea una institución, estaremos más tentados a hacer de ella un ídolo, de hacer de su mantenimiento nuestra meta en lugar de verla como una mera herramienta que nos ayuda a alcanzar otra meta. Cuando nos encontramos invirtiendo en la iglesia como un monumento, necesitamos recordar la conversación de Jesús con sus seguidores cuando se pararon a admirar el monumento de su fe, el templo de Jerusalén:

Cuando salía Jesús del templo, algunos de sus discípulos comentaban acerca del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y con ofrendas dedicadas a Dios. Le dijo uno de sus discípulos: «¡Mira, Maestro! ¡Qué piedras! ¡Qué edificios! ¿Ves todos estos grandiosos edificios?»

Pero Jesús dijo: «En cuanto a todo esto que ven ustedes, llegará el día en que no quedará piedra sobre piedra; todo será derribado”».

Lucas 21:5-6 y Marcos 13:1-2

No hay comentarios:

 
Creative Commons License
La Iglesia Portatil por Annette L.B. Gulick es protegido bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0.